Es importante conocer cómo puede afectarles a los niños un cambio de casa. Creemos que no se dan cuenta de este tipo de movimientos en sus vidas, pero no es así. Aquí te contamos qué les ocurre y cómo ayudarlos.
Como lo hemos conversado en otras oportunidades, una mudanza implica mucho estrés. Estás enfrentando un cambio importante, pero a la vez éstas haciendo malabares con muchas otras variables que no puedes dejar caer.
Por eso, los especialistas aseguran que un cambio de casa o de país, puede significar una fuente importante de ansiedad, angustia y agobio. A veces, los cambios cuestan, pues debemos acomodar nuestra realidad a una nueva. Sin embargo, existen distintas formas para hacer que este cambio en tu vida tenga una transición lo más relajada posible.
Como ya lo hemos conversado antes, lo primero es pedir la ayuda necesaria: para la mudanza, deja que expertos en la materia te asesoren y se encarguen de todo. Y con tus hijos, puedes seguir unos pequeños consejitos que aquí te vamos a dar.
¿Qué sucede con los niños?
En tu malabarismo hay muchas cosas que debes controlar, y lidiar con pataletas, mañas y llantos, en ese momento es terrible. Lo sabemos. Sin embargo, lo más importante es entender a tu hij@ para saber cómo ayudarlo e incluso anticiparte y evitar estas situaciones.
Si para un adulto los cambios son difíciles, para los niños aún más. Si tu hijo es menor a 3 años, puede que no le cueste tanto, pues está acostumbrado a conocer gente nueva. En el jardín, sus compañeros van y vienen. Las profesoras las cambian y para ellos, generalmente, no es tema.
En el caso de los niños mayores de 3 años, una mudanza puede ser un poco más difícil de asimilar. Ya son más conscientes de su vida, por lo que este movimiento puede generarle ansiedad. Que no te extrañe que duerma mal, que ande maños@ o irritable, pues este tipo de conductas son su forma de demostrar que este cambio no le gusta, que no está cómodo o que falta tiempo para acostumbrarse. Tal vez, dejar atrás amigos de barrio o compañeros de curso les provoque temor o intranquilidad.
Ante un cambio de casa o ciudad, los niños sienten que se les está despojando de todo aquello que les entrega seguridad; sus amigos, barrio, casa, colegio, rutina diaria, etc. Es un cambio en sus vidas que ellos no anticiparon ni prepararon, por lo que deben enfrentarlo de un momento a otro, sin experiencia, y sin derecho a voto.
Cómo manejar este nuevo cambio
En niños menores de 3 años, procura mantenerle sus rutinas diarias de alimentación, baño y sueño, para que se sienta en casa lo antes posible. Seguir una rutina, les entrega seguridad, porque les hace ver su vida como predecible: saben qué viene y cuándo viene.
En niños sobre los 3 años, es bueno involucrarlos en este proceso. Al estar más conscientes de su realidad, necesitan saber y entender que se va a realizar un cambio en su rutina diaria, que sus hábitos como bañarse a cierta hora se va a efectuar igual que siempre, pero en otro escenario.
Explicarles la razón de este cambio en sus vidas, de una manera simple e incluso divertida, es una buena manera de incluirlos en esta etapa de sus vidas. Por ejemplo, se deben cambiar de casa porque ésta les quedó pequeña o deben irse del país a causa del trabajo. Y esto es mientras los entusiasmas con que van a conocer nuevos amigos, van a tener una casa y pieza más entretenida o más grande, etc.
Deja que formen parte de este cambio, pidiéndoles tareas sencillas como hacer una lista o separar los juguetes que no quieren embalar, o que te ayude a hacer maletas, etc. Mientras más involucrados se sientan, mejor será la transición.
Una vez en la casa nueva, deja que exploren todo el lugar. Acompáñalos a conocer los nuevos dormitorios y, dentro de lo posible, deja que participen en la disposición de ellos.
Esperamos te sirvan estos pequeños consejos para tener una transición más amigable y por supuesto, nosotros te ayudaremos en todo el proceso, por lo que no dudes en contactárnos.